Sur Durante la primera sesión, el grupo de personas que representaba a las organizaciones de personas con discapacidad aún era pequeño y no nos conocíamos. Fue durante la segunda sesión que el Caucus Internacional de Discapacidad comenzó a surgir como la representación de las organizaciones de la sociedad civil, para hacer escuchar la voz de las personas con discapacidad. Sin embargo, me sentí realmente preocupado por la poca representación de organizaciones provenientes de países en desarrollo. La pregunta era: ¿cómo aumentar la participación de las personas con discapacidad de los países en desarrollo? El problema no era solo la falta de recursos financieros, sino que otros detalles, como obtener una visa de los EE. UU., También resultaron ser obstáculos. Así es como surgió la idea del proyecto del Sur. Fue elaborado en 2005, como resultado de una asociación entre Handicap International y el Instituto Interamericano sobre Discapacidad y Desarrollo Inclusivo. Es un proyecto extraordinario que dejó una marca profunda en el proceso de redacción. Se implementó en 2006. Entre enero y agosto de 2006, finalmente condujo a la participación de más de 60 líderes de organizaciones de personas con discapacidad de muchos lugares: Asia, África, el Pacífico y los países árabes en el proceso de negociación. La calidad de las intervenciones de estas personas trajo nuevas perspectivas que realmente enriquecieron los debates.
Cuando sugerí esta idea, sentí que una preocupación comenzó a surgir dentro del Caucus. La idea era fortalecer en lugar de debilitar el Caucus; sin embargo, existía el temor de que la misma división entre las organizaciones del Norte y del Sur ocurriera durante la Cumbre de Beijing sobre los derechos de las mujeres volvería a ocurrir. Muy por el contrario, la idea aquí fue enriquecer cuantitativamente el Caucus con más organizaciones, y una representación geográfica más amplia, con el fin de aumentar la diversidad de las propuestas. Este ha sido uno de los principales logros del proyecto del Sur, que ha permitido una mayor influencia en temáticas como el desarrollo y la cooperación internacional. Sin embargo, nunca en la historia de los tratados de las Naciones Unidas se había cubierto el tema del desarrollo internacional de esa manera. Esta es una marca que el proyecto del Sur dejó, logrando que la lucha contra la pobreza y el énfasis en el desarrollo sean incluidos como temas transversales.
Luis Fernando Astorga
Alrededor de 2004-2005, Luis Fernando y yo señalamos que la participación de la sociedad civil se debía fundamentalmente a las organizaciones de los países desarrollados. Sabíamos que no era el resultado de una falta de ideas ni de inteligencia, sino que se debía a la limitación de los recursos. Luis Fernando decía que teníamos que encontrar un modo de aumentar la participación de las personas con discapacidad de los países en desarrollo. Se puso en contacto con Organizaciones No Gubernamentales Internacionales; entonces Handicap International decidió apoyar la iniciativa. Esto llevó al diseño del «Proyecto Sur» para apoyar la participación en el proceso de redacción de líderes de las organizaciones de personas con discapacidad de los países en desarrollo. Conforme aumentó esta participación, fue cobrando importancia la idea de que también existían numerosas barreras económicas a superar para mejorar la situación de las personas que vivían en la pobreza. Este debate fue muy interesante; fue apoyado y recogido por la mayoría de la sociedad civil. Si nos fijamos en la Convención, básicamente afectaba a las temáticas relacionadas con el acceso a los recursos, pero también planteó la cuestión de la ayuda internacional para ayudar a los países en desarrollo a alcanzar los estándares establecidos por la Convención. Ahí es donde la cooperación internacional emergió como un tema. Este debate es importante; incluso fue incluido en el preámbulo de la Convención.
Silvia Quan
La idea original vino de Luis Fernando y de Philippe, quienes se habían reunido en Nueva York durante la primera sesión del Comité ad hoc. Sabiendo que las violaciones de los derechos humanos eran tan importantes en el Sur, existía una clara demanda de contar con líderes de los países en desarrollo y que se oyera su voz en el seno del International Disability Caucus (IDC), representando a la sociedad civil en el proceso de negociación. Así es como empezaron a diseñar el «Proyecto Sur». Yo me implique personalmente en su parte operacional y logística.
El primer paso para construir este proyecto era obtener el patrocinio para la participación de tantos representantes del Sur como fuera posible. Buscamos a personas con discapacidad que ya tuvieran influencia a nivel nacional en sus propios países, que tuvieran conocimientos sobre los derechos humanos y que hubieran demostrado su compromiso; tuvimos bastante éxito con la selección. La inmensa mayoría de los líderes procedían de Latinoamérica, algunos de ellos patrocinados por otras organizaciones que habíamos contactado: Leonard Cheshire Disability, Danish Association of Persons with Disabilities (Asociación danesa de personas con discapacidad). DFID se encargó de la financiación de la coordinación general del proyecto, incluidos los talleres durante y después de las reuniones del Comité ad hoc. Una vez seleccionados, enviamos algunos materiales a los participantes con antelación, para informarles sobre en qué situación se encontraba el proceso. Llegaron a Nueva York dos días antes de la fecha en que se iban a iniciar las negociaciones y recibieron una formación preparatoria a fin de familiarizarse con el sistema de las Naciones Unidas, con la Convención y su importancia, también con los mecanismos de promoción de los intereses dentro de la ONU. Durante el proceso de negociación, la sociedad civil estaba canalizando su promoción de los intereses a través del International Disability Caucus. Entonces, los líderes tratarían de influir en los representantes de sus países para que se oyeran sus voces. Los participantes del Proyecto Sur participaron en las reuniones del IDC cada día, también tuvieron reuniones preparatorias entre ellos.
Sanna Laitamo
La participación de Handicap International en la redacción de la Convención fue posible por una dinámica que implicó principalmente a la unidad de «derechos y políticas relacionadas con la discapacidad» y los programas sobre el terreno. Por ejemplo, para la implementación del Proyecto Sur, se pidió a los directores de programas y los coordinadores que apoyaran a los líderes más competentes de las organizaciones de personas con discapacidad: incluyendo a Sanna Laitamo, de Latinoamérica, Alexandre Cote de Europa Oriental, y Muhanad Al-Azzeh de Oriente Medio. En su mayor parte, las personas que se estaba apoyando ya tenían un fuerte base militante. Recibieron una formación preparatoria antes de su salida y, una vez en Nueva York, participaron en las reuniones del International Disability Caucus (IDC), que se celebraron al margen de las sesiones formales. Además, los participantes del Proyecto Sur también tuvieron sus propias reuniones. Estos líderes de OPD procedentes de países en desarrollo fueron rápidamente integrados en el movimiento mundial de personas con discapacidad y su participación enriqueció los debates sin duda alguna, al participar para incluir la noción de desarrollo dentro de la agenda de los debates. La participación de estos líderes fue más importante aún si se tiene en cuenta que, una vez de regreso a sus países, iban a explicar a la sociedad civil lo que había sucedido en Nueva York y los desafíos de la Convención a nivel nacional.
Philippe Chervin
En Nueva York conocí a Philippe. Pronto coincidimos en el hecho de que no era nuestro papel, como organización no gubernamental, escribir la Convención. Ese era el trabajo de las organizaciones de personas con discapacidad. Inicialmente tuvimos que mostrar nuestra buena voluntad, porque las organizaciones sentían bastante recelo hacia las organizaciones humanitarias. Nuestro enfoque era colocarnos en una posición de apoyo. En ese sentido, durante la tercera sesión, simplemente hacer todas las fotocopias del primer borrador y del segundo borrador de la Convención propuesto por el IDC nos ayudó a legitimar la participación de nuestra organización en el International Disability Caucus (IDC). Todavía me acuerdo de cuando estaba llevando cajas llenas de fotocopias de Kinko’s [se ríe].
Otro punto importante es que, como no había recursos especiales dedicados a apoyar la participación en el proceso de redacción, decidimos movilizar al personal del programa de los Balcanes. Como consecuencia de ello, Lisa Adams y luego Ana Perrenoud, estuvieron encargadas de la secretaría del International Disability Caucus desde la 4ª sesión. Sugerí esta idea, porque yo había notado que le faltaba algo a la comunicación del IDC, que a veces parecía ir en varias direcciones. No obstante, el jefe negociador quería escuchar una sola y única voz, que representara los intereses de la sociedad civil. Así, la publicación de un boletín que ponía en la agenda las propuestas formuladas por el IDC contribuyó en gran medida a la estructuración de la palabra de la sociedad civil y a hacerla hablar con una sola voz. El hecho de que Handicap International intentara situarse en una posición de apoyo nos ayudó a legitimar nuestra acción, sabiendo que había reticencias al principio de organizaciones de personas con discapacidad hacia las organizaciones humanitarias. Creo que nuestra organización desempeñó plenamente su papel apoyando la voz de personas con discapacidad. Tuvimos un fuerte impacto, pero un impacto que nunca hemos intentado adjudicarnos. La idea era realmente apoyar la visibilidad del IDC y de las organizaciones de personas con discapacidad.
Alexandre Cote
Cuando eres parte de una dinámica de estas características, es muy importante que exista una gran cohesión entre la sociedad civil. Puede haber diferencias internas, pero los Estados no pueden encontrarlas porque ello debilitaría la voz de la sociedad civil y la haría inaudible. Trabajamos mucho con el movimiento de personas con discapacidad; estábamos mano a mano con ellos. Trajimos un apoyo logístico a través del establecimiento de una secretaría para facilitar el trabajo interno dentro del grupo representando así los intereses de la sociedad civil.
No obstante, en algunos artículos, Handicap International con IDDC, de alguna manera tuvieron un importante papel dentro de la sociedad civil. Estos artículos fueron claves para transmitir el mensaje del desarrollo inclusivo. Este fue el caso en las negociaciones sobre ciertos artículos, como el artículo 11 sobre las situaciones de emergencia humanitaria, y el artículo 32 sobre la cooperación internacional. Sin embargo, esta promoción de los intereses para un desarrollo inclusivo fue constante, ya que tenía que aparecer como un asunto transversal a lo largo de muchos de los artículos de la Convención, con especial atención a los relativos a los derechos económicos y sociales.
Philippe Chervin
El tercer aspecto de la implicación de Handicap International fue la coordinación del trabajo sobre algunos artículos. Por ejemplo, coordiné en persona el trabajo en el artículo 28 sobre la protección social. Sólo había unas pocas personas que deseaban alimentar los debates sobre estos temas. De hecho, parecía que algunas organizaciones no gubernamentales de los países desarrollados querían mantener su distancia con el concepto de «asistencia social». Para ellas este tema parecía vinculado con un enfoque de «caridad». Además, para ellas había desafíos más importantes como la vida en comunidad, la educación, etc. Por otro lado, las organizaciones de personas con discapacidad de los países en desarrollo en realidad no sabían mucho sobre la protección social en esa época, había muy pocos programas. Así conseguimos coordinar el trabajo sobre este artículo, como también sucedió en los artículos 11 y 32.
Alexandre Cote
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