Go to main content
 

La emergencia del movimiento de la discapacidad

 

En 1981, el Año Internacional de los Impedidos de la ONU dio a las organizaciones que formaban parte del movimiento de la discapacidad una oportunidad para definir los parámetros para las organizaciones DE y PARA personas con discapacidad. Fue un gran hito a nivel global y local. Todos los miembros empezaron a hacer algo en sus países. Empezaron a emerger líderes y la gente se reunió. Una de las cuestiones centrales fue: ¿quién puede hablar en nombre de las personas con discapacidad? Esto llevó a la definición de los criterios para que una organización formara parte del movimiento de la discapacidad. Se tomaron decisiones sobre la representación también; optamos por la paridad entre diferentes tipos de deficiencia: discapacidad auditiva, visual, física. La discapacidad intelectual aún no estaba representada. Como sucede a menudo muchas veces dentro de los movimientos sociales, algunas organizaciones tuvieron dificultades en trabajar juntas.

Rosângela Berman Bieler

Tras el final de la dictadura en Brasil, se produjo una revisión global de la Constitución brasileña en 1986-88. El movimiento de la discapacidad estuvo muy implicado en este proceso; fue una fantástica oportunidad de integrar la discapacidad en todo el texto. En ese momento, el statu quo era el modelo médico, pero los líderes del movimiento estaban avanzando mucho, iban a las universidades y debatían conceptos tales como la accesibilidad, la igualdad de oportunidades, la inclusión social, la vida independiente. El Gobierno estaba fuertemente orientado hacia el modelo médico/de caridad, pero las organizaciones estaban trabajando dentro del marco del modelo social. Supuso muchos esfuerzos, pero Brasil tuvo ideas estratégicas muy interesantes en el movimiento de la discapacidad que pudieron cambiar las cosas de un modo muy interesante. Esto ya fue progresivo y en esa época se crearon estructuras nacionales y leyes sobre la discapacidad.

Rosângela Berman Bieler

Antes de la Convención, en Chile había una ley llamada «ley de integración de las personas con discapacidad» que se remontaba a 1994. Pero muchos aspectos ni siquiera estaban implantados, al no existir mecanismos de monitoreo. En esa época, yo era la presidenta de una asociación que luchaba por los derechos de las personas sordas y su acceso a la cultura. No había intérpretes formados, no había inclusión en el sistema escolar, ningún acceso a la ciudadanía. En esta ley, existía una disposición que estipulaba que las personas sordas debían tener acceso a la información, pero no se aplicaba. En 2001, hicimos una demanda judicial contra la comisión nacional de televisión para garantizar el acceso a la información para las personas sordas. Nuestra solicitud fue desestimada al final por razones formales, pero ayudó a atraer la atención del público sobre los problemas en el acceso a la información y a la educación. Después de la intervención de la Corte Interamericana y de seis meses de negociaciones, finalmente se incluyeron intérpretes en las noticias.

Pamela Molina

Antes de la Convención, en Indonesia se prestaba muy poca atención a los derechos de las personas con dif-capacidad, que apenas eran respetadas. En ese momento, todo seguía funcionando con un enfoque de caridad. En 1995, creé una organización con mis amigos con dif-capacidad para reivindicar nuestros derechos y redactamos una propuesta de ley que presentamos al Gobierno. Se tradujo en 1997 en la ley número 4 sobre las personas con discapacidad. Finalmente nos quedamos bastante decepcionados cuando la ley fue promulgada. El Gobierno había hecho muchas restricciones, y el enfoque se basaba más en la caridad que en los derechos. Como consecuencia, no podíamos utilizar esa ley para luchar por nuestros derechos, mientras el Gobierno no hacía mucho para cumplir estos derechos. Ir a la escuela, conseguir un trabajo, la accesibilidad de las instalaciones públicas eran cuestiones que apenas se trataban.

Setia Adi Purwanta (Indonesia)

A fines de los años 90, yo impulsé la creación de la «Fundación sin Barreras». Después, en 1999, yo y un amigo mío llamado Federico Montero Mejía, que luego trabajara para la Organización Mundial de la Salud, creamos el Foro por los Derechos de las Personas con Discapacidad en Costa Rica. Este foro promovía avances realmente similares a lo que la Convención más tarde llegaría a plantear. La lógica no era construir una estructura centralizada mediante el fortalecimiento de membresías; intentábamos más bien reunir a personas que pudieran facilitar a través de la acción y la reflexión la transformación de las organizaciones de personas con discapacidad en organizaciones autónomas.

Luis Fernando Astorga

Antes de venir a la Sede a finales de la década de los noventa y a principios de la década del 2000, había estado trabajando con Handicap International en diferentes programas durante 15 años (Pakistán, Mozambique, Francia y Túnez) y tuve la oportunidad de empezar a trabajar en las políticas de discapacidad y de desarrollar proyectos con el movimiento de la discapacidad en Mozambique. En 1997, la mayor parte de los recursos técnicos en la Sede de HI estaban centrados en la rehabilitación física. No obstante, a nivel de programas, había un interés creciente por la educación, el empleo, la salud, el deporte y otros temas de la vida «real». Asimismo, siguió la dinámica implementada por el programa, se creó una nueva unidad técnica «Derechos y políticas de discapacidad» en la sede de HI en 2001. Uno de los objetivos de esta unidad fue apoyar el movimiento de la discapacidad y la voz de las personas con discapacidad para abogar por su inclusión en la sociedad. Cuando yo era el responsable de esta unidad, construimos esa promoción de los intereses con referencias como: las Normas Uniformes de la ONU sobre discapacidad, la Clasificación Internacional del Funcionamiento, de la Discapacidad y de la Salud y el Proceso de Producción de la Discapacidad. Era importante definir opiniones teóricas para ser capaces de dar un marco general a nuestras acciones, pero también para compartir estos modelos conceptuales con socios de HI a nivel de programas y a nivel internacional. La colaboración existente con las organizaciones de personas con discapacidad (OPD) en el nivel de los programas de HI y la creación de esta unidad fueron dos pasos importantes para preparar la participación de HI en el proceso de la CDPD.

Philippe Chervin

Copyright 2023 © Humanity and Inclusion  | All Rights Reserved